domingo, 15 de mayo de 2011

Sesión ordinaria, 11 de mayo de 2011.

Rompiendo con la dinámica del cuatrimestre, durante esta sesión en vez de presenciar otra exposición, desarrollamos dos tareas diferentes.

La primera de ellas, estaba destinada a evaluar la asignatura y demás aspectos relacionados, como la utilidad del blog como herramienta de trabajo o la interiorización de los contenidos desarrollados, a través de un cuestionario facilitado por el profesorado.

Como ya tenía la pretensión de exponer en el blog mi evaluación personal de la asignatura en cuanto a la dinámica de exposiciones seguida durante el cuatrimestre, el desarrollo de los seminarios y por supuesto, de la utilidad o nivel de oportunidades que nos ofrece esta herramienta, la sesión ha sido para mí bastante positiva.

En relación a lo anterior he de exponer primero como críticas, la falta de sesiones como la presente, que nos ayudasen a interiorizar mejor los contenidos trabajados en las diferentes exposiciones e incluso a descansar, puesto que se ha hecho latente el cansancio que este ritmo frenético de ponencias ha provocado en la clase. Para lograr este objetivo, creo que sería necesario disminuir un poco el número de contenidos que se desean desarrollar en la asignatura y aumentar el número de integrantes por grupo de trabajo. Esto, produciría sin duda resultados positivos, como ya dije.

Respecto a los seminarios, creo preciso destacar que a pesar de resultar bastante interesantes y útiles, al permitir acercarnos a determinadas prácticas profesionales que de otro modo no conoceríamos, tienen un diseño mejorable. Así por ejemplo, el hecho de que su desarrollo nunca se dé durante los horarios estipulados para ello, dificulta el que un gran número de personas puedan acudir a él, lo que resulta injusto. Para solucionar este problema y otros como la escasa variedad de los contenidos expuestos, pueden ponerse en práctica diferentes ideas:

  • Desarrollar el mismo tipo de seminarios pero en el horario fijado para ello o como mínimo, durante horario matutino.
  • Si no es posible desarrollar en tal horario este tipo de seminarios, debería producirse una adaptación de los mismos a las circunstancias. Disminuyendo la participación de personas del exterior o reduciendo los contenidos o duración de los mismos.
  • Ofrecer la posibilidad de una doble modalidad de seminarios. La actual para las tardes, y una versión reducida de la misma para las mañanas en que el horario estipula la realización de los mismos.
  • La temática a tratar en los seminarios debería ser preseleccionada por los alumnos, con el fin de que éstos se acerquen más a las áreas profesionales en las que muestran más interés.
  • Por cada temática a tratar, se pueden realizar dos seminarios, uno enfocado hacia la intervención desde el ámbito público y otro, desde el ámbito privado.
  • Como recomendación, me gustaría que se incluyese siempre la perspectiva del Trabajo Social en los contenidos tratados, ya que nuestra titulación es conjunta.

Por último, en referencia al blog exponer que resulta una herramienta bastante útil para comprobar el nivel de interés de los alumnos por los diferentes contenidos de la materia, así como la capacidad de interiorización que estos muestran de los mismos. Sin embargo, debido a los problemas de subjetividad que éste presenta en cuanto a su evaluación, creo preciso combinarlo con otros recursos más objetivos, como un pequeño examen.

A pesar de la necesidad de mejorar algunos de sus aspectos, la asignatura en general presenta un buen diseño y está desarrollándose correctamente. Permite a los alumnos el aprendizaje, a través de métodos innovadores, de una gran variedad de tipos de intervención según la temática, acercándolos más a la realidad de esta práctica profesional. Es esta innovación y el esfuerzo por que conozcamos la realidad profesional, expuesta por los propios trabajadores del sector, en el caso de los seminarios, lo que hacen de esta una de las asignaturas más útiles hasta el momento.


Respecto a la segunda parte de la clase, vemos que ésta se destinó a la realización de un análisis sobre un artículo de Joaquín Estefanía que publicado en el “El País”, se centraba en explicar cómo ha ido aumentando o disminuyendo la cohesión social en España, a lo largo de cinco etapas en las que han ido cambiando la intervención estatal y el poder del mercado.

La primera de dichas etapas, en la que se produce la crisis del petróleo de 1975, no se observa un empeoramiento claro de la desigualdad y la pobreza, debido a las consecuencias de la citada crisis. Esto se debe, a que ante tal situación la intervención estatal aumentó y se dirigió a paliar dichas problemáticas a través de la creación de determinadas “mallas de seguridad”.

En la segunda fase, que va desde la mitad de la década de los ochenta hasta el primer tercio de los noventa, observamos que a pesar de aumentar la desigualdad en la mayoría de países pertenecientes a la OCDE, en España esto no se da. A diferencia de en los demás, en nuestro país se produce la recuperación de empleo, aunque bajo peores condiciones, y se incrementa el gasto redistributivo, lo que permite evitar la fractura social.

Durante la tercera fase, (1992-1994), se produce con el estancamiento económico y el gran aumento del paro, un alto crecimiento de los indicadores de pobreza y desigualdad, que se mantendrán en el mismo nivel con el desarrollo de la cuarta fase, que se extiende hasta 2007, a pesar de que en esta se produce un gran crecimiento económico.

La quinta etapa, que aún se desarrolla en la actualidad, se caracteriza por la gran recesión y estancamiento económico sufridos, que se unen al rápido crecimiento del paro, la pobreza y la desigualdad, que nunca habían llegado a ser tan extremas. En esta fase más que nunca, la cohesión social, entendida como la igualdad de oportunidades de la población en el acceso a los recursos que le permitirán su mejor integración social, se está viendo perjudicada.

De forma general, lo que el autor nos permite vislumbrar es cómo actualmente se está produciendo un fuerte incremento de la desigualdad, la ruptura de la cohesión social y la expansión de la problemática de la exclusión social a un mayor número de colectivos, debido no sólo al empeoramiento de la situación económica, sino a la nula intervención estatal que se está desarrollando sobre ello.

Así, vemos que el motivo principal de esta desigualdad de oportunidades y la exclusión de algunos grupos sociales, es la pasividad estatal, derivada de la crisis del modelo de Estado de Bienestar y la presión del mercado para evitarla, puesto que la misma supondría la disminución de su poder.

Como opinión personal respecto a dicha falta de intervención pública, creo que es comprensible que en este período de estancamiento económico se haga apología de las políticas de austeridad. El problema, es que estas políticas no sólo se han aplicado durante los períodos de crisis, sino también en los de crecimiento económico, ya que en los últimos años la inversión en políticas sociales se mantenía en los mismos índices de períodos anteriores.

De este modo, planteo que la quiebra de la cohesión social se debe a la falta de previsión de futuro de estos actores sociales, que no realizaron las inversiones precisas en su momento, ni concienciaron a la población de las continuas fluctuaciones económicas a que el capitalismo está sometido. Apunto esta última idea, al responsabilizar de este desenfreno consumista tanto a los poderes públicos, por no advertir a la población de las fluctuaciones como a la propia población por no prever una posible crisis y tratar de vivir por encima de sus posibilidades.

En relación a lo anterior, vemos que está siendo la propia dinámica económica y social, la que nos ha impulsado hacia este vacío, del que podremos salir aunque no sin daños. Así por ejemplo, creo que sería indispensable que los Estados retomaran el control sobre el mercado y las macroinstituciones financieras que hasta ahora lo dominan, como el FMI, para poder aplicar sin temor, políticas sociales no simplemente de rescate, sino de desarrollo para la población. No se trata de hacer gasto social, sino inversión, un objetivo en el que los educadores sociales están obligados a colaborar con la aplicación de estrategias socioeducativas que ayuden a la sociedad a crecer bajo unas metas diferentes, para alcanzar un fin diferente.


Espero que mi reflexión os parezca positiva, aunque no tiene por qué ser la acertada. Cada cual tiene su opinión y, si os diferenciáis de la mía podéis responder. A continuación os anexaré el link en el que he basado mi visión sobre la cohesión social. Un saludo.

http://eurosocialsalud.eu/proyecto/p1_1_1_1

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