domingo, 15 de mayo de 2011

La salud mental, una parte más de la salud pública.

Para profundizar en la temática de salud mental, ya abordada en entradas anteriores, me gustaría introducir un debate sobre la necesidad de implantar algunas mejoras en el sistema de salud mental, ya que con la reforma de la década de los ochenta del siglo pasado, no se ha logrado abordar todo lo necesario. Así, vemos que aunque se logró introducir ante todo, una nuevo enfoque de trabajo con el colectivo y se reformularon en base a éste, la mayoría de recursos disponibles, se quedaron algunas necesidades por cubrir.

En relación a lo anterior, destacamos sobre todo el hecho de que la perspectiva educativa no haya sido introducida ni trabajada abiertamente con este colectivo, estando incluso la figura del educador social alejada del mismo.

Además, también sería necesaria la construcción y creación de nuevos recursos para atender a un colectivo que como sabemos, crece con rapidez, teniendo en cuenta no sólo la vertiente de la intervención, sino también la de la prevención. De este modo, considero vital la implantación de centros de atención primaria en su mayoría, que permitan un menor alejamiento de estas personas de su entorno cercano, así como un mejor control de su situación, con el fin de evitar el agravamiento de la misma ante situaciones concretas de estrés, por ejemplo.

Continuando con la anterior idea, exponer que quizá en la creación de más centros de atención primaria, de equipos interdisciplinares más completos presentes en todas las instituciones y de pequeños equipos de profesionales que puedan acercarse hasta el entorno de aquellos enfermos mentales que no puedan desplazarse de él, sería quizá la clave de la mejora.

Ante estas proposiciones, debo exponer sin embargo una segunda cuestión, que me preocupa aún más, ya que considero que puede perjudicar gravemente a este colectivo. Esta cuestión, está relacionada con los crecientes deseos de privatizar nuestro Sistema Sanitario, de una forma u otra, al igual que ocurre en otros países. Así, ¿cómo podrán implementarse más mejoras en el sistema de salud mental o siquiera mantenerlo, cuando lo que se preve es la privatización de la sanidad pública?

A pesar de que estas afirmaciones puedan parecer agoreras, no tienen nada de eso, y sí mucho de ciertas, tal y como estamos comprobando en la asignatura titulada "Salud Pública y Trabajo Social", donde se están analizando los nuevos principios sobre los que se quiere reorientar nuestro sistema sanitario, así como las primeras propuestas de reforma relacionadas con ellos, como el simple recorte en inversión o la introducción de un mecanismo de copago ante la provisión de servicios
.

Finalmente, lo que propongo en esta entrada es repensar cómo se organiza la atención al colectivo de enfermos mentales, para entender que sin el mantenimiento de nuestro Sistema Nacional de Salud, su atención se vería muy perjudicada. Así mismo, también creo necesaria la proposición constante de propuestas y alternativas que nos permitan mejorar nuestras pautas de intervención y quizá, dar solución al problema anterior.

De todas formas, se trata de abrir un debate y por supuesto, de que todos participéis. Un saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario