Hasta ahora en la asignatura nos hemos referido al trabajo con múltiples colectivos, mediante determinadas estrategias de intervención y siempre en referencia al papel que el educador social juega en ello. Sin embargo, poco espacio se le ha dedicado a una figura con la que también tendremos qeu trabajar y qeu de hecho supondrá uno de los mayores apoyos para llevar a la práctica, sobre todo en las asociaciones pertenecientes al Tercer Sector, las actividades planificadas. Se trata del voluntariado.
Es por ello, que le dedico este apartado a la figura del voluntario, con el que la Educación Social también debe trabajar, desde diversas perspectivas, con el fin de lograr siempre la sensibilización y formación del mismo respecto a la situación en la que vaya a desempeeñar sus funciones, así como su propio desarrollo personal.
De este modo, vemos cómo el educador en primer lugar debería tratar de acercar al conjunto general de la población hacia la práctica del voluntariado, con la ayuda de actividades de sensibilización sobre las necesidades de diversos colectivos. Un buena estrategia, sería dar a conocer al gran público las diferentes exposiciones que realizamos en esta a
signatura, admitiendo la entrada libre de personas en ellas.
Dado el paso de la sensibilización, pasaríamos a trabajar con las personas que desearan ser voluntarias, cursos básicos de formación para ello, donde se les explique por ejemplo las competencias y habilidades que deberán adquirir, como las de empatía y asertividad. En este caso, los talleres en grupo en los que se programen dinámicas relacionadas, son muy útiles.
Por otra parte, además de esos cursos básicos de formación deberían desarrollarse talleres específicos, relacionados con los colectivos con los que vaya a trabajar el voluntario, a fin de profundizar en las habilidades que necesite desarrollar. Un ejemplo de este tipo de actividad, serían las jornadas o conferencias donde organizadas para que las diferentes asociaciones qeu trabajen un colectivo, expongan los tipos de intervenciones que desarrollan, o lo que esperan que sus voluntarios puedan hacer.
Junto con esta idea, podrían desarrollarse talleres relacionados con aprendizajes específicos que los mismos voluntarios propongan, bien porque los consideren de utilidad para el trabajo con el colectivo seleccionado o para su desarrollo como persona. En este caso, podrían desarrollarse talleres de teatro, canto, manualidades, realización de dinámicas, etc.
Finalmente, el educador social debería desarrollar medidas de evaluación para con la labor del voluntario y su propio progreso, contando siempre con la participación de éste, para que él mismo llegue a ser capaz de regular sus acciones en un futuro para con el colectivo.
Como última aportación en relación al voluntariado añadiré un enlace que me ha parecido verdaderamente revelador, al exponer con claridad la esencia de esta actividad y los beneficios que ella reporta, en términos de refuerzo de la cohesión social y de cultura de solidaridad.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/voluntariado-aporta-cohesion-social-aporta-cultura-solidaridad/1003708/
Es por ello, que le dedico este apartado a la figura del voluntario, con el que la Educación Social también debe trabajar, desde diversas perspectivas, con el fin de lograr siempre la sensibilización y formación del mismo respecto a la situación en la que vaya a desempeeñar sus funciones, así como su propio desarrollo personal.
De este modo, vemos cómo el educador en primer lugar debería tratar de acercar al conjunto general de la población hacia la práctica del voluntariado, con la ayuda de actividades de sensibilización sobre las necesidades de diversos colectivos. Un buena estrategia, sería dar a conocer al gran público las diferentes exposiciones que realizamos en esta a
signatura, admitiendo la entrada libre de personas en ellas.Dado el paso de la sensibilización, pasaríamos a trabajar con las personas que desearan ser voluntarias, cursos básicos de formación para ello, donde se les explique por ejemplo las competencias y habilidades que deberán adquirir, como las de empatía y asertividad. En este caso, los talleres en grupo en los que se programen dinámicas relacionadas, son muy útiles.
Por otra parte, además de esos cursos básicos de formación deberían desarrollarse talleres específicos, relacionados con los colectivos con los que vaya a trabajar el voluntario, a fin de profundizar en las habilidades que necesite desarrollar. Un ejemplo de este tipo de actividad, serían las jornadas o conferencias donde organizadas para que las diferentes asociaciones qeu trabajen un colectivo, expongan los tipos de intervenciones que desarrollan, o lo que esperan que sus voluntarios puedan hacer.
Junto con esta idea, podrían desarrollarse talleres relacionados con aprendizajes específicos que los mismos voluntarios propongan, bien porque los consideren de utilidad para el trabajo con el colectivo seleccionado o para su desarrollo como persona. En este caso, podrían desarrollarse talleres de teatro, canto, manualidades, realización de dinámicas, etc.
Finalmente, el educador social debería desarrollar medidas de evaluación para con la labor del voluntario y su propio progreso, contando siempre con la participación de éste, para que él mismo llegue a ser capaz de regular sus acciones en un futuro para con el colectivo.
Como última aportación en relación al voluntariado añadiré un enlace que me ha parecido verdaderamente revelador, al exponer con claridad la esencia de esta actividad y los beneficios que ella reporta, en términos de refuerzo de la cohesión social y de cultura de solidaridad.
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